domingo, 20 de julio de 2014

TRIBUTO A CAIFANES
Caifanes, quien no creció con esa música o quien no los conoce, intento rescatar algunos grupos que ya han olvidado mucha de la banda que ahora cambia su buen gusto de la música, ojala sigan recordando a estas bandas que marcaron las mentes y aun suenan en los ecos de los corazones de muchos rockeros.

"DESDE LAS INSOLITAS IMAGENES DE AURORA"

Hablar de Caifanes es estar a la moda, aun sabiendo que como grupo ya no existe, Que su último concierto fue en el 95 en San Luis Potosí, que el rompimiento del grupo se debió a los desacuerdos entre el cantante SAUL HERNANDEZ, el guitarrista ALEJANDRO MARCOVICH y bla, bla, bla. Bueno eso ya no importa, lo que importa es que la gente nueva al escuchar uno de los discos de Caifanes se vuelven adictos al rock en español, que los discos se siguen vendiendo en grandes cantidades, que cuando vas a un club a echar desmadre nunca faltan las rolas de Caifanes y te hacen ponerte hasta la madre.

Bueno lo mejor de todo es que ex integrantes de la mejor banda de rock mexicano siguen escribiendo página a esa historia llamada Caifanes. Por ahí dicen que la primera vez que los caifas tocaron juntos fue en una fiestilla organizada por Carlos el hermano de Alejandro Marcovich, que tocaron de todo hasta cumbias pero hasta ese entonces no eran un grupo todavía solo les gustaba tocar y echar desmadre y ayudar a un amigo pero esa noche ellos como músicos se dieron cuenta que lo que hicieron una química muy interesante ‘que se llamó LAS INSOLITAS IMAGENES DE AURORA (1984-1987).

Los tres años que duro ese grupo fueron suficientes para que se formara una buena amistad entre, Saúl, Alfonso y Alejandro pero La falta de lana y de tocadas los llevo a la separación. Alejandro se fue de gira Banda, Saúl mientras tanto Meditaba y planificaba su nuevo proyecto mientras que escribía y ensayaba en su casa.

Saúl conoció más gente que luego formarían la primera parte de Caifanes. La primera alineación fue Saúl Hernández y Santiago Ojeda en Las guitarras; Sabo Romo en el bajo, Diego Herrera en los teclados y el sax Juan Carlos novelo en la batería. Pero cuando tocaron por primera vez, Novelo no pudo ir "El Gato" de ritmo peligroso les hizo el paro. Fue muy difícil porque algunos tenían trabajo o tocaban con otras bandas.




Los Caifanes fue un grupo mexicano de rock originalmente conformado por Saúl Hernández (voz y guitarra), Alfonso André (batería y percusiones), Salvador "Sabo" Romo (bajo) y Diego Herrera (teclados y saxofón). Su primera presentación fue el 11 de abril de 1987 en Rockotitlán. La expectación creada en el underground rockero mexicano fue tanta que mucha gente se quedó fuera del recinto. Si bien Caifanes era un grupo nuevo, la anterior banda de Saúl, Las Insólitas Imágenes de Aurora, tenía una amplia base de fanáticos.

Su primer disco, Caifanes (a veces nombrado también Mátenme porque me muero, Volumen 1 o Disco negro) salió a la venta en agosto de 1988 y el sencillo Mátenme porque me muero fue su primer éxito, seguido por Viento y La negra Tomasa, una versión de una cumbia escrita por el músico cubano Guillermo Rodríguez Fiffe. El disco mostraba claras influencias del grupo británico The Cure. Gustavo Cerati participó como músico invitado en la grabación del álbum tocando la guitarra en La bestia humana



Su segundo disco fue Volumen II, pero es mejor conocido como El Diablito. Esto se debe a un error de impresión: en la portada aparece un letrero borroso que dice el diablito y es considerado el "verdadero" título del disco, además el diseño gráfico muestra el dibujo de un diablito de lotería. El guitarrista argentino-mexicano Alejandro Marcóvich se integra al grupo; su presencia resultó notoria desde un principio y su estilo fue fundamental en lo que comenzaría a ser el sonido de Caifanes.

En El Diablito aparece una de las canciones más populares del grupo, La célula que explota. Esta canción, mezcla de balada rockera con mariachi, apunta muy claramente la dirección que Caifanes habría de tomar a partir de ese punto: una mezcla de rock con elementos de la amplísima gama de estilos que comprende la música popular mexicana.

En 1992 se edita El Silencio que incluye gran parte del repertorio clásico de Caifanes, como No dejes que..., Miércoles de Ceniza, Nubes y Nos vamos juntos. Cuando este disco salió a la venta el grupo ya era un éxito en México, Centroamérica, algunos países de Sudamérica y entre la comunidad hispana de Estados Unidos. En agosto de 1992 llenaron por completo el Hollywood Palladium de Los Ángeles. En 1993 hicieron lo mismo en el Palacio de los Deportes de la ciudad de México, hazaña que ningún otro grupo de rock mexicano había logrado hasta el momento; con dicho concierto Sabo Romo y Diego Herrera se despiden de la agrupación.




Al llegar 1994, Caifanes queda reducido a un trío conformado por Saúl, Alfonso y Alejandro. Juntos dan forma al último álbum de los Caifanes, El nervio del volcán. Se eligen como sencillos las canciones Afuera, Aquí no es así y Ayer me dijo un ave. Su presencia en los medios de comunicación crece y es seguida muy de cerca por los noticiarios de MTV Latino para quien realizaron un unplugged y donde se documentaron algunas de las crecientes diferencias entre Hernández y Marcóvich. (En un reportaje Saúl le pregunta a Alejandro "¿Qué tenemos en común?" y Marcóvich responde "¿El número de cromosomas?".) Los enfrentamientos no sólo fueron en el ámbito creativo sino también en el legal, debido a que la marca "Caifanes" estaba registrada a nombre de Marcóvich. Caifanes ofreció su último concierto el 18 de agosto de 1995 en la ciudad de San Luís Potosí.

Tras la desintegración de Caifanes, Hernández se dedica a recuperarse de un mal crónico en sus cuerdas vocales, e invita a Alfonso André (batería), Federico Fong (bajo) y José Manuel Aguilera (guitarra) a formar un taller musical llamado Jaguares.

Aunque en un principio la música de Caifanes parecía ser simplemente una versión en español de la música de The Cure, la inclusión de La negra Tomasa en el repertorio del grupo no era casual: Hernández y Romo tienen raíces en colonias (barrios) populares de la ciudad de México. Sin embargo, Caifanes no volvió a apropiarse tan marcadamente de un estilo musical distinto del rock; por el contrario, incorporó elementos de la música popular mexicana en el esquema general de éste.






Si bien en El diablito la mayor parte de las canciones puede ser calificada simplemente como rock, las letras comienzan a tomar elementos populares (como la integración total del dicho De noche todos los gatos son pardos en la canción homónima) y con La célula que explota se marca en gran medida el estilo clásico de Caifanes: letras demandantes y poéticas y música a caballo entre el rock y la música mexicana. La presencia de Alejandro Marcóvich, a partir de este disco se vuelve fundamental en el sonido del grupo, a tal grado que para muchos fanáticos la diferencia principal entre Caifanes y Jaguares consiste en el estilo del guitarrista.

La célula que explota construida como una balada rock con arreglos de mariachi, es la primera de una serie de amalgamas. En El silencio las fusiones tocan de nuevo la música con una fuerte cadencia rítmica que en México se tilda de guapachosa (Nubes, Hasta morir, Para que no digas que no pienso en ti), pero también la banda (Piedra), e incluso aparece una versión un son veracruzano, Mariquita, donde se combinan las tradicionales jaranas con las guitarras eléctricas de Marcóvich. Por último, en El nervio del volcán experimentaron con rítmicas indígenas (Afuera), dieron un toque de bolero a las percusiones de Ayer me dijo un ave y construyeron La llorona sobre el vals tradicional del mismo nombre.

Es importante remarcar que aunque el estilo de Caifanes se define por sus fusiones entre rock y música tradicional, la mayor parte de su música es simplemente rock, inserto en la tradición musical hispanoamericana iniciada con en el rock argentino y que incorpora letras barrocas ancladas en la tradición poética de la región. Las letras de Saúl Hernández están construidas, en su mayoría, con base en figuras muy complejas, difíciles de interpretar, sin necesidad de rimas y son fuertemente líricas. Las poquísimas letras escritas por Alejandro Marcóvich o por la mancuerna Hernández/Marcóvich siguen el mismo patrón.




Integrantes
Saúl Hernández (1987-1995, voz y guitarra)
Alfonso André (1987-1995, batería y percusiones)
Diego Herrera (1987-1993, teclados, saxofón y jarana)
Alejandro Marcóvich (1989 (o 1990)-1995, guitarra y jarana)
Sabo Romo (1987-1993, bajo y guitarra)

Discografía
Caifanes (1988)
Caifanes. Volumen II o El diablito (1990)
El silencio (1992)
El nervio del volcán (1994)

La historia (1997, compilación de éxitos)